Produced by the World Federation of Pediatric Imaging in association with the Society for Pediatric Radiology
4.1.1 Evitar las exploraciones radiológicas innecesarias. Lo idóneo es que exista una
estrecha relación entre él medico prescrito y el radiólogo o al menos, una suficiente
información clínica para que el radiólogo pueda decidir la exploración o la técnica mas
apropiada. Debemos tener presente que cuando se nos solicita una exploración, en realidad
se nos esta pidiendo un diagnostico. Como radiólogos, somos nosotros quienes estamos
capacitados para decidir el manejo radiológico de un paciente en busca de un diagnostico.
4.1.2 Siempre es útil disponer de los estudios previos que a veces dan la clave de un
diagnostico sin necesidad de realizar otro estudio o nos permiten sustituir la prueba solicitada
por otra alternativa que no irradie al paciente.
4.1.3 Evitar los movimientos del paciente. Una de las causas primeras de repetición de
estudios. En caso de niños y de pacientes no colaboradores.
4.1.4 Comprobar que la posición, el centraje y la técnica utilizada son las adecuadas. Un
aspecto interesante en el control de calidad de la técnica es el recuento de las radiografías
repetidas y su causa, con el fin de identificar errores coercibles y minimizar él numero de
repeticiones, además si reducimos el producto más (miliamperios por segundo) conseguimos
un doble objetivo: Disminuir el tiempo de disparo y la dosis.
4.1.5 Utilizar los colimadores es importante porque reduce el campo de radiación a la zona
que pretendemos estudiar y es una forma fácil de limitar la dosis de radiación.
4.1.6 Reducir la exposición (numero de proyecciones, tiempo, y tasa de dosis en
fluoroscopia, técnica) al mínimo compatible con la obtención de información diagnostica.
4.1.7 Cuando se realicen exámenes que conlleven una larga serie de radiografías es
conveniente exponer una, comprobar que se ha realizado en las condiciones adecuadas y,
posteriormente, realizar el resto de la serie.
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